Mujeres indígenas se gradúan como Ingenieras y ahora buscarán iluminar sus comunidades

Lorena Rojas Nucamendi, egresada de la Carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales del Instituto Tecnológico Nacional de México Campus Tuxtla Gutiérrez, logró vincular a cuatro mujeres indígenas de Chiapas con una universidad de la India, para graduarse como Ingenieras Solares y ser las generadoras de cambio” que lleve luz a sus comunidades.

En 2013, Lorena Rojas (activista y colaboradora en organizaciones civiles) leyó sobre el trabajo que realiza la Universidad Barefoot College, fundada en 1972 en la India, por Sanjit “Bunker” Roy convencido de que “las soluciones a los problemas de los pobres en las zonas rurales se encuentran en la comunidad, en su patrimonio tradicional y en las nuevas tecnologías que requieren únicamente cierta adaptación a su situación”.

Seis años después, tras el nacimiento de su hija, Lorena pensó en la urgencia de cambiar su sistema de vida, y encontrar quiénes desde otras regiones ya estaban trabajando en este cambio, para unirse a este esfuerzo y moverse en conjunto. Así, decidió escribir a la Universidad Barefoot College.

Una semana después recibió la respuesta: Las mujeres de Chiapas serían aceptadas. Y dos meses después, Rodrigo París, representante de Barefoot College para América Latina y el Caribe, llegó a Chiapas.

Rodrigo París (al centro) durante su visita a Chiapas en la búsqueda de las candidatas

“Las mujeres son el centro de la familia y de la comunidad en cualquier lugar del mundo. Buscamos mujeres que tengan raíces profundas en el lugar donde viven, que quieran la tierra donde nacieron, que no sólo piensen en su bienestar si no en el de la comunidad y sus hijos. Potenciar el conocimiento de ellas garantiza que la comunidad se beneficie de ese conocimiento” – afirmó Rodrigo París.

La vinculación para la búsqueda y selección de las mujeres que serían capacitadas se logró a través del proyecto presentado por la Universidad Barefoot College, el Gobierno de la India, el Colegio de Ingenieros en Sistemas Computacionales, el Tecnológico Nacional de México campus Tuxtla Gutiérrez y el Grupo de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico.

Contactaron a las autoridades de los 4 municipios más pobres del estado y convocaron a 4 mujeres conscientes de la necesidad de impulsar cambios para el desarrollo y con alto arraigo a sus comunidades. Así, quedaron seleccionadas:

  1. Eulogia Hernández de la etnia Zoque en Pantepec.
  2. Petra Beatriz Gómez, de la etnia Tseltal de San Juan Cancuc
  3. Blanca Fabiola Ordóñez, de la etnia Tsotsil de Mitontic
  4. Manuela Gómez, de la etnia Tsotsil de El Bosque

En marzo, estas 4 mujeres viajaron a la India para aprender durante 6 meses la forma de construir y dar mantenimiento a sistemas de energía solar para uso doméstico.

Estas mujeres fueron las únicas seleccionadas para representar a México, conviviendo con 50 mujeres de 13 países: México, Guatemala, Colombia, Ecuador, Mali, Uganda, Gambia, Botsuana, Indonesia, Turquía, Swazilandia, Palaos y Nepal.

De izquierda a derecha: Blanca Ordóñez, Eulogia Hernández, Lorena Rojas, Manuela Gómez y Beatriz Gómez.

 

LA INSPIRACIÓN DE 4 MUJERES

Eulogia Hernández vive en Pantepec. Cuando era pequeña, ella y su familia (sus padres y sus 6 hermanos) se trasladaron a la cabecera municipal. Para que pudieran estudiar la educación básica, su padre tuvo que internarlas a ella y sus hermanas en un albergue.

Eulogia es madre soltera. Viajar a la India rompió muchos de sus paradigmas y reafirmó su convicción de luchar para mejorar su entorno. Su principal aprendizaje fue romper sus propias barreras. “El idioma fue la primera barrera que rompimos, porque nos pudimos comunicar. Tener metas y orígenes comunes nos hizo entendernos” comparte Eulogia sobre su experiencia.

La Barefoot College capacita a las mujeres a través de una metodología única, usando colores, números y lenguaje de señas; aprendiendo el uso práctico y diario de la tecnología (controladores de carga, placas solares y lámparas led)

Dejar por 6 meses a su hijo de 2 años fue un reto para ella. “Agarrar esa fuerza de voluntad de decir ‘hijo, te dejo, me voy por seis meses’ es un paso fuerte para una madre, el desprenderse para hacernos más fuertes. Yo me hice más fuerte y él aprendió que no siempre voy a estar a su lado. Las mujeres hemos batallado para poder salir adelante” comenta Eulogia sobre esta experiencia de vida.

Ahora Eulogia quiere transmitir su conocimiento a otras mujeres, que su hijo crezca con curiosidad por el mundo y aprecio por su comunidad y sus valores como indígenas zoques.

 

Petra Beatriz Gómez originaria de San Juan Cancuc, tuvo la oportunidad de estudiar Economía en San Cristóbal de Las Casas (la ciudad más cercana a su municipio). Sin embargo, tras graduarse, ser mujer indígena limitó sus oportunidades de trabajo al ser discriminada por género y por etnia.

Esto fue una gran decepción para Beatriz. “Por un momento pensé que me iba a quedar así, sin oportunidades; pero vino esta oportunidad de aprender para aportar y beneficiar a las comunidades y la tomé” comparte Beatriz sobre el impacto que esta vivencia tuvo en su vida.

Hoy en día, Beatriz ha aprendido a generar su propia fuente de empleo y desea construir paneles solares para beneficiar a las familias de su comunidad.

“Allá en India no es más fácil la vida de la población, eso también fue una sorpresa porque una piensa que todo fuera de Chiapas es mejor. Pero también fue sorprendente ver que, a pesar de sus condiciones, hay mujeres de India y otros países que logran salir adelante. Entonces pensé: ¿Por qué acá no lo vamos a lograr también? Acá tenemos como sembrar nuestra comida, tenemos un hogar y una naturaleza que nos abraza”. Comenta Beatriz, a lo que añade:

“Ahora entendí que no debemos pensar sólo en tener un empleo, sino abrirnos a otras posibilidades. Generar mi propio empleo pensando en cambiar la vida de otras mujeres”.

 

Blanca Fabiola Ordóñez vive en Mitontic, uno de los municipios más pobres de Chiapas, cuyo índice de desarrollo es comparable a los países más pobres de África.

En la Barefoot College, descubrió que, a pesar de la pobreza en su región, los indígenas tienen prácticas que conservan el medio ambiente y que se deben preservar. Ahora ella siente el compromiso de romper el círculo de la pobreza presente en su comunidad a la par del cuidado de su entorno.

“Entendí el valor que tienen las prácticas de conservación. Supe lo que son energías renovables y eso es algo que quiero transmitir a los hombres y mujeres de mi comunidad” comparte Blanca Fabiola sobre su experiencia.

Me gustaría que, aunque no tenemos caminos, logremos iluminar a las comunidades con energía solar. Me gustaría que tuviéramos luz para iluminar las escuelas, y que vean a la energía solar como una alternativa que permite la conservación del medio ambiente”, señala Blanca.

 

Manuela Gómez vive en Chabajeval, una comunidad ubicada en el municipio de El Bosque, caracterizado por la violencia que ha desplazado a más de 2000 indígenas de sus hogares. Manuela es madre soltera y fue difícil para ella tomar la decisión de dejar a su única hija al cuidado de sus abuelos. Pero los 6 meses que duró la capacitación cambiaron la percepción que tiene de sí misma.

“Me cambió aprender muchas cosas, nunca pensé que yo iba a poder aprender porque yo no tengo estudio, pero ahora ya sé trabajar los mecanismos de la energía solar” comparte Manuela sobre su experiencia en la capacitación.

Ahora ella desea que su hija y el resto de las mujeres del poblado, tengan mayores oportunidades de estudios. En Chabajeval (como en otras comunidades indígenas) a la mayoría de las mujeres les es negado el derecho a estudiar o heredar la tierra, y aunque por el momento no sabe cómo conseguirán los recursos para el proyecto, sí tiene claro que es necesario convocar a hombres y mujeres de su comunidad para trabajar juntos.

“Yo no quiero que esto lo viva mi hija. No quiero que tenga miedo de salir y se quede encerrada en la casa. Yo sé que todos somos igual, hombres y mujeres, y las mujeres también tienen que aprender” menciona Manuela.

 

EL SIGUIENTE PASO

 Ahora que estas 4 mujeres son Ingenieras en Energía Solar, el siguiente paso es buscar el financiamiento para construir 50 paneles solares por cada una y beneficiar a un total de 200 familias.

“El primer paso ya lo dimos, y ahora el siguiente paso es la inversión de estos paneles solares para instalarlos en lugares donde la gente carezca de energía solar. Queremos aterrizar este proyecto y posteriormente hacer esto más grande y expandir el conocimiento que tenemos, decirles a otras mujeres que sí podemos” – describe Eulogia Hernández.

“El objetivo es beneficiar a 50 familias por cada mamá que fue al curso. Nosotras fuimos para capacitarnos en la instalación de cada panel…pero aparte de eso, el Barefoot College nos dio más herramientas, con talleres sobre emprendimiento social, derechos humanos y salud. Ellos nos dotaron de estas herramientas extras, no sólo nos enseñaron energía solar”– comparte Beatriz Gómez.

“Afortunadamente el Barefoot College no sólo nos formó en energía solar, sino también como mujeres que podamos transmitir conocimientos en salud, alimentación, educación y derechos, a nuestras comunidades. Porque a veces es difícil que se llegue a dar ese tipo de talleres” – explica Blanca Ordoñez.

A largo plazo, también desean que en un futuro se logre crear en Chiapas una universidad como la Barefoot College, donde se pueda replicar el método de enseñanza de la Universidad India. Si esta meta se concreta, Eulogia, Beatriz, Blanca y Manuela serían las primeras maestras.

 

El apoyo a este proyecto de capacitación a mujeres indígenas por parte del TecNM campus Tuxtla Gutiérrez, refleja el claro compromiso social del Instituto, cimentado en la ciencia, la investigación y el respeto a la dignidad de las personas.

El TecNM campus Tuxtla Gutiérrez manifiesta con ello el propósito de transformar vidas a través de la educación, formando profesionistas sensibles a la realidad social que se vive en sus comunidades y el país. Conscientes de que el desarrollo de la humanidad se dará a través de una educación equitativa que promueva la investigación, la innovación, el liderazgo, el emprendimiento y el desarrollo tecnológico. Una educación que promueva una cultura de paz, una ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural.

 

“Ciencia y Tecnología con Sentido Humano”

Instituto Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez

Departamento de Comunicación y Difusión.