- tres jóvenes inventores desarrollaron un proyecto que beneficia principalmente a niños con discapacidad motriz
El invento beneficia, principalmente, a niños con discapacidad motriz
Los creadores son Geovanny Pérez Martínez, Julio César Aguilar Camacho y Cásar Eduardo Flores Ramón, estudiantes todos de noveno semestre en las Ingenierías en Electrónica y Sistemas Computacionales del Instituto Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez (ITTG). El proyecto fue titulado “Control de una Silla de Ruedas por Medio de un Dispositivo Móvil Android”, y su desarrollo requirió de seis meses de trabajo. Geovanny se encargó de los componentes electrónicos, en tanto que Julio César y Cesar Eduardo diseñaron el software.
Pérez Martínez en entrevista explicó detalles del invento. A una silla de ruedas convencional le agregaron un sistema eléctrico y un software novedoso.
La etapa digital se diseñó con la plataforma “Arduino” con un módulo Bluetooth HC-06. El control y envío de los comandos para el movimiento de la silla es por medio de una aplicación del sistema operativo “Andriod” disponible en el 80 por ciento de los teléfonos móviles o tabletas electrónicas.
La etapa de potencia es a base de transistores de alta corriente TIP35 y TIP36 que forman puente H para el manejo de las direcciones de la silla. Dos motores de CD son alimentados por dos baterías de 12 volts y 4.5 amperes cada una.
Funcionalidad, comodidady movilidad
La silla de ruedas permite el desplazamiento de personas con problemas de locomoción o movilidad reducida. Es capaz de movilizar a una persona de un lugar a otro con opción de vueltas de 360 grados y recorrer lugares como la calle, parques, oficinas y supermercados.
Una de las ventajas es su costo. El prototipo tiene un costo de 12 mil pesos, en caso de producirse en serie costaría hasta 15 mil pesos. No es posible compararla con alguna del mercado, pues aún no existe. La que más se asimila, es una silla eléctrica operada por Joystick o palanca que por lo menos cuesta 25 mil pesos.
Además permite mayor libertad de movilidad al usuario, reduce el esfuerzo físico y es de amplia manejabilidad.
En el caso de que el usuario sea una persona con inmovilidad total, puede ser manejada a distancia por el padre, tutor, médico o quien se encargue del usuario.
Geovanny Pérez Martínez expone que la vida útil de la silla es de cinco años sin mantenimiento. Las dos baterías permiten unas cuatro o cinco horas de uso, para después ser recargadas o renovadas a los seis meses con gasto de 250 pesos cada una.
fuente: http://www.cuarto-poder.com.mx/%5CPagPrincipal_Noticia.aspx?idNoticia=320199&idNoticiaSeccion=4&idNoticiaSubseccion=14